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Horta

Para delimitar la partida que en Albalate conocemos con el genérico nombre de “Horta”, deberíamos trazar un triángulo entre la paridera de la “Casa Roya” al Sur, la “Umbría Cañizar” al Oeste, y el “Cabezo de La Bandera” al Este (Es decir: todo lo que queda al sur de la senda de “La Plana”, al norte del lindero con Ariño, y al oeste de los “Chaparros”).

Hasta finales de los años 50, la necesidad impuso que las escarpadas laderas de Horta estuvieran mayoritariamente roturadas. Hoy nos resulta difícil imaginarnos este frondoso pinar de repoblación convertido en campos de labor, pero no tenemos más que ir a algunos pueblos vecinos de la Sierra para ver como todavía se labra en los cabezos –bien “en costeras”, bien “en terrazas”-.

En los años 60 y 70 , mediante una serie de medidas –tanto voluntarias, como forzosas- la reforestación generalizada de la zona se hizo realidad, siendo la especie elegida el pino carrasco (todo un acierto, por la capacidad de esta variedad para adaptarse a todo tipo de tipo de condiciones climáticas y edafológicas, así como para la reafirmación y regeneración de los suelos, duramente erosionados a causa de la intervención humana).

Desde entonces, y sin interrupción hasta los años 80, “Horta” fue lugar de predilección para muchos cazadores –sobre todo para aquellos que no rehúsan el “tú a tú” con la pieza aun en los terrenos más difíciles-: Jabalís, conejos, y sobre todo perdices sorprendían tanto por su proliferación como por su rápida adaptación al “nuevo pinar”. Esta adaptación hace que estas especies sean presas “especialmente huidizas” en “Horta”, y así, desde finales de los 80 hasta nuestros días, los cazadores han ido abandonando paulatinamente estas duras lomas a favor de partidas cercanas al Norte -más bajas y suaves- como “La Zarza”, “La Plana”, “La Val DÁlacón” o los “Ventiscares”.

De los años 90 hasta hoy, se han descubierto las pinturas rupestres (uno de cuyos accesos –perfectamente señalizado- es por “Horta”), y se han acondicionado los caminos (sobre todo el del antiguo cortafuegos que comunica “Horta” con la “Umbría Cañizar” y “La Zarza”), lo cual nos permite seguir profanando la silenciosa paz de estos montes de las más variadas maneras : Haciendo duras pero gratificantes excursiones a pie o en bici de montaña, descendiendo desde el “balsete de Horta” hasta “los Chaparros” observando fósiles, participando en marchas senderistas organizadas (como la de ACRIVE), incluso seguir practicando el noble arte de la caza en su faceta más romántica, ancestral, y deportiva: persiguiendo a la presa hasta agotarla.

 

ACCESIBILIDAD:

Desde hace unos pocos años, tenemos dos posibilidades para acceder a los bosques de “Horta”: El camino “de toda la vida” sale a la derecha de la A-1401 (dirección Ariño), aproximadamente en el Km. 29,3 (escasos 200 mts. pasado el puente del Batán).

La “nueva vía” sería la siguiente: Subimos a La Zarza ,bien por la senda tradicional (la primera que sale a la izquierda de la A-223 -dirección Lécera- tras coronar la “cuesta de San Cristóbal”), bien por la del “Sasillo”. Una vez allí, nos detenemos antes del abrevadero y la balsa (foto inferior).

Si cogemos la senda ancha que sube a la izquierda, ésta nos conduce a la altura de la antigua “Fuente del Ratón”, donde damos una fuerte revuelta hacia la izquierda. Si seguimos por ahí, regresaríamos al pueblo por la senda de “la Plana” (3ª posible vía hacia “Horta”, si no la más espectacular, sí la más cómoda si se sube en coche). Si nada más dar esta revuelta volvemos a girar bruscamente a la derecha, entraremos en la “Umbría Cañizar” desde donde comenzaremos la larga y durísima subida a Horta.** (Pese a que los tramos más empinados han sido hormigonados recientemente, sigue siendo un ascenso “sólo recomendado” para valientes –si se sube en BTT- y para 4x4 –si se elige el coche-)

Si desde el mismo punto –al pie del abrevadero, mirando hacia la Fuente de La Zarza- nos desviamos por un pequeño camino que sale a mano derecha, un poco más abajo enlazaremos con la senda que sube desde el “Mas de Fulla” hasta “Los Puertos”. De ahí para arriba –con tiempo por delante, y más andando que sobre la bici- podemos perdernos por intrincadísimos caminos entre el pinar, rozando siempre los 1000 ms. de altitud, y alcanzando “cimas” tan señeras como “el Servial” (donde se juntan los términos de Muniesa, Alacón y Ariño, 951 ms.), la torre de vigilancia forestal (que domina nada menos que 5 términos municipales, a unos 960 ms.), y “las Cucutas” (auténtica “cumbre de la “Tierra Baja”, con 987 ms.).

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